El economista Humberto Campodónico resume así su artículo de hoy en La República (ver: http://www.larepublica.pe/cristal-de-mira/10/03/2010/se-pierde-mucho-dinero-por-rebaja-de-aranceles):
"Resumiendo: las rebajas arancelarias, a) se las vendieron a García, diciendo que iban a bajar la inflación, lo que no fue el caso; b) han sido innecesarias, pues las importaciones ya estaban creciendo e impulsando la competitividad; c) fueron inconsultas, porque no se tomó en cuenta a los empresarios nacionales; d) fueron también innecesarias porque la apreciación del tipo de cambio era (y es) tan grande que, de hecho, abarata las importaciones; e) debilitaron a los negociadores comerciales porque la rebaja unilateral otorga ventajas a la contraparte, que pide negociar desde el nuevo arancel (rebajado) vigente."
Siempre es interesante resaltar cómo personas con tantas millas de vuelo caen en errores tan sencillos al analizar un aspecto específico; en este caso, las ventajas y desventajas de las importaciones.
Las rebajas arancelarias no se venden en base a objetivos inflacionarios o de tipo de cambio, sino de beneficios y ventajas en la calidad de vida de millones de personas; en nuestro caso, en millones de peruanos pobres. Si un bien ingresa a nuestro mercado y se vende, ello probablemente se deba a que en el análisis costo-beneficio del consumidor peruano, dicho bien esté en ventajas frente al producto peruano. Dicho esto, la compra de un producto importado por parte de un consumidor local implica un ahorro en los gastos del consumidor en cuestión, liberando recursos para gasto, ahorro o inversión, lo cual genera puestos de trabajo en otras industrias productivas.
Campodónico supone que las importaciones son malas porque eliminan puestos de trabajo locales; paralelamente, cree que los altos aranceles ayudan a la recaudación. Sobre los puestos de trabajo, mi óptica es distinta: si ingresan productos importados los productores locales TIENEN que volverse más competitivos; de lo contrario, son los millones de peruanos los que tienen que disponer de mayores recursos para mantener sus ineficiencias. Los puestos de trabajo que se pierdan por el cierre de empresas no competitivas se recuperan por dos situaciones no previstas por Campodónico: la primera es que las empresas competitivas van a requerir de nuevos trabajadores para cubrir sus crecientes necesidades; la segunda son los puestos de trabajo creados en el sector servicios que se requieran para vender los productos importados (una vez más, por favor leer el articulo sobre la Revolución en Servicios en la India (http://www.voxeu.org/index.php?q=node/4673)).
Finalmente, habría que resaltar que los economistas más estatistas, como Krugman y Stiglitz, están a favor de la apertura comercial. Si deseamos una sociedad más justa y desarrollada, por qué no dejar de pensar en sectores especiales y pasamos a ver cuáles son las mejores políticas para la gran mayoría? Una fácil comparación sería ver cómo viven los peruanos antes de la apertura (pre 1990) y cómo viven después de la misma...
Uds, que creen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario