Hoy, en Diario Correo:
"El dictamen del Tribunal Constitucional (TC) en el caso Cementos Lima es, en lato, un sicotrópico económico. Sobre la sentencia ya muchos se han pronunciado; la gran mayoría, felizmente, en contra del rozno. Empero, quisiera brindar un enfoque distinto que alimente la discusión que esta sentencia y otras emitidas obligan.
Es recurrente escuchar a los magistrados y defensores del proceder del TC "dorar la píldora", es decir, salir con alguna explicación jurídica que amilane y suavice la amplitud de perjuicios potenciales producto del fallo en cuestión. Recientemente, don Víctor García Toma �ex titular del TC- sostuvo que el fallo "no sienta precedente, dado que no se aprobó con cinco votos ni con la manifestación expresa de tener carácter vinculante". Pareciera que para don Víctor, eso es suficiente para tranquilizarnos. Particularmente, no sólo no me tranquiliza, sino que me inspira un mayor temor: que la justicia en el Perú se convierta en una práctica sobre particulares y no sobre universales.
En Derecho, Legislación y Libertad, Hayek sostenía que los beneficios de las normas provenían no sólo de la aplicación de las mismas cuando la norma era aplicada a un particular sino, más bien, cuando la norma era aplicada universalmente, incluso cuando los resultados de dicha aplicación no eran aparentemente benéficos. Y es que, desde Aristóteles, está claro que la previsibilidad es un componente esencial de la Justicia como institución. Con esto no estoy proponiendo que el fallo del TC en este caso particular es benéfico y que, por lo tanto, hay que convertirlo en la norma. Lo que trato de sostener es que el sistema jurídico peruano se socava a sí mismo con este tipo de resoluciones, desde que resuelven en una grafía plagada de incoherencias para luego admitir �sotto voce- que la misma es un desliz, y que �por lo tanto- no debiera ser tomado en cuenta en el futuro.
Puede ser que para los magistrados no siente precedente el fallo en cuestión, al igual que en el caso de Telefónica del 2002. Empero, para los individuos, la lectura de las sentencias y las retracciones parciales es sinónimo de inestabilidad, incertidumbre e imprevisibilidad.
Otro punto a tener en cuenta es la predisposición de los fallos a buscar una modificación del modelo económico, retrotrayendo los avances producidos por la libertad económica hacia los pantanos del oscuro periodo 1960-1990. El TC, a través de sus fallos, está pulseando al Ejecutivo y al Legislativo -cuya génesis es la voluntad popular- con respecto al modelo económico vigente. Y esto es muy grave. Empero, ya estamos alertados."
1 comentario:
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